miércoles, 24 de octubre de 2012

viernes, 19 de octubre de 2012

lunes, 15 de octubre de 2012

PURA VIDA

Seguramente todos nosotros tengamos una decena de recuerdos en nuestra cabeza  en los que nuestros sentidos hayan sido llevados a unos límites especiales a los que no está acostumbrado el cuerpo. En la mañana de ayer, una ilusión y una meta se convirtieron en realidad haciendo posible tener un recuerdo de semejantes características.



Todo empezó un día hace aproximadamente 7 meses. Mi amigo Elías salía de su trabajo en Zaragoza a media tarde y venía hacía Gijón para para pasar unos días con su familia. Un mensaje de él avisándome  que venía hizo que le llamase para proponerle ir a una ola de la que tenía ganas pero de la que desconocía su ubicación exacta y las condiciones que necesitaba. Le comenté que el viaje podría ser un completo fracaso, pero no dudó ni un momento en acompañarme. Los que no conocen a Elías, es un bodyboarder Asturiano que en su día cogió su bodyboard, sus aletas, unos bañadores y el dinero justo para comenzar un viaje de muchos meses con primera parada en Hawai. A partir de ahí Pipe, Puerto Escondido, Teahupoo, Cook, Australia fueron algunas de los lugares que surfeo a base de buscarse la vida y prescindir de cualquier tipo de lujo, comodidad y hasta para la mayoría de nosotros lo que denominamos “necesidades”. En resumen, una persona con un sueño se planteaba una meta que a la mayoría de los mortales de está sociedad nos haría temblar las canillas al visualizar el sacrificio y las inseguridades que nos aparecerían al enfrentarnos ante un reto de tal calibre, y no me refiero a los muros de agua de Teahupoo….. Al final el viaje se resumió en 1100 km en furgoneta, un par de días chequeando la zona, previsiones fallidas, algo de información importante, disfrutar de un paisaje espectacular y no poder ver romper el slab buscado ni una sola vez. Después de tal fracaso Elías me decía que quería volver….No sé si fue coincidencia empezar una meta así  junto a él, pero hacerlo con una persona con inquietudes, motivación y con capacidad de ejecución ayuda a conseguirlo…..
El lunes de esta semana y después de chequear previsiones desde hace 7 meses, un nuevo intento se avecinaba. Makako me llamaba y me decía: -Chamux ¿ viste las previs?..... Yo le decía que no lo veía muy claro pero después de varias dudas y días de llamadas al final Makako se cogía un vuelo de Fuerteventura a Gran Canaria, otro de Gran Canaria a Santander. Checho, nuestro compañero de viaje hacía más de 200km para ir a buscar a Santander a Makako desde Mieres, de nuevo otros 200km de vuelta a Gijón para poder llegar a las 23 horas debajo de mi casa, y por fin hacer trasvase de bártulos a mi furgoneta. En este segundo intento Elías no pudo acompañarnos pero un mensaje suyo por la noche acababa diciendo: “…..Mucha energía positiva querubines”. Este mensaje lo leí a las 8 de la mañana al despertar, después de dormir tan solo desde las 4:30 de la madrugada que fue cuando llegamos a la zona minada.

Nada más despertar chequeamos la zona sin encontrar el slab que buscábamos, parecía que todo se empezaba a torcer una vez más pero al rato de seguir buscando por los acantilados una izquierda seca y contundente finalizaba con un spray que dibujaba una sonrisa en nuestros rostros. El siguiente problema era encontrar la bajada hasta el agua. Por suerte, preguntando a un amable habitante y también bodyboarder de la zona, nos indicó una bajada de pescadores un tanto ruda, no sin antes avisarnos de la larga remada hasta la ola y la potencia de la misma. Al rato nos encontrábamos por un camino bastante cerrado por la maleza con pinchos, con agujeros con agua y con una última parte complicada que se le atragantó a Makako, que aunque en el agua no lo demuestre lo pasa mal con las alturas.


Apurados y nerviosos nos tiramos al agua sin analizar la zona, Makako iba primero, yo con la cámara unos metros atrás y Checho cerrando el grupo. En el camino y sin referencias yo iba pensando dónde estarían las rompientes para poder esquivarlas y no verme en una situación complicada. No sabíamos el tamaño que habría pero poco a poco nos íbamos haciendo una idea con los sifones y las gorduras que se veían a lo lejos. Cuando llegamos al ansiado Slab Makako y Checho se situaron a una distancia prudencial, no había llegado la serie y aquello ya enseñaba sus dientes, se escucharon los primeros gritos, y la mezcla de tensión y asombro tomaba posesión de nuestro cuerpo. Primeria serie, primera ola; una línea de poco más de un metro y de un color azul intenso duplicaba su tamaño antes de romper violentamente sobre la baja..., más gritos, más tensión, más todo…. 


Llevábamos 20 minutos al lado de la ola y mientras yo disfrutaba disparando cómodamente a semejantes bombazos Makako y Checho seguían tanteando. Solamente pude comprobar ese comportamiento en Makako en una ocasión en Canarias en la que el Frontón estaba inhumano. La ola se veía muy difícil, rápida y con la exigencia de una buena selección para evitar grandes sustos.

Checho

Makako

Checho

Poco a poco se sucedieron las bajadas en las pequeñas hasta que llegó una de la serie y Makako le dio con decisión, ahí me di cuenta del tamaño que había; aguanté la respiración mientras Makako se bajaba el muro de agua y se metía en aquel boquete que corrió hasta el final pero que por muy poco no le dejó salir. Checho empezaba a entrar en calor con alguna bajada importante y algunas olas que rompían solas hacían que mi garganta sufriese de los gritos que pegaba. Al final de la sesión una bomba entraba directa a la baja y debido a mi situación y al objetivo que llevaba me era imposible captar toda la ola en el encuadre, lo que vieron mis ojos fue posiblemente lo más rudo que haya visto dentro del agua. La siguiente ola, conmigo descolocado y sin estar aún preparado con la cámara se hinchó de forma especial haciendo que Makako se girase y remase en un contrapico que quitaba la respiración, a pesar de ello bajó controlado y se metió posiblemente en el boquete más grande en el que yo haya visto a un bodyboarder desde el agua. Desgraciadamente no pude hacer foto. Esta vez no grité porque sabía que se había quedado dentro de una sección imposible, cuando lo vi salir a flote me tranquilicé viendo a Makako reírse y con unos ojos cargados de adrenalina y a punto de salirse de órbita. Después de dos horas decidimos poner rumbo a tierra comentando la sesión y las increíbles sensaciones percibidas por cada uno.
Makako

Makako

Makako

Makako al final de la sesión...   (enlace: ¡ Despierta!)


Desde mi punto de vista de fotógrafo no percibí las sensaciones de una forma tan directa como ellos, pero aun así, tuve la sensación de disfrutar una experiencia que me llenó por completo y que amenudamente ocurren solamente en mis sueños. Para alguno esto podría ser una sesión más, unas simples olas o fotos, pero en mi caso personal estas experiencias y metas son las que me hacen sentir vivo. Cada uno en la vida tiene unos gustos, unas capacidades y unas metas diferentes pero estoy seguro que todo el mundo puede pensar en lo que a uno realmente le hace feliz y lo que necesita hacer para que se llegue a cumplir en esta sociedad que nos duerme. A partir de ahí solo hay que invertir tiempo, esfuerzo y motivación para conseguir aquello por lo que vinimos al mundo: Vivir.


Gracias Elías, Makako y Checho!! 

Preparando nuevas metas...